martes, 29 de septiembre de 2009

Reflejos


Hay muchas formas de reflejar la realidad. No solo nuestra cara y nuestros ojos muestran lo que no se ve de nuestro interior, ni solo el espejo nos muestra lo que nunca podemos ver. La naturaleza y todo lo que nos rodean también muestran esas cosas que a veces pasan desapercibidas para nosotros.
Con esta práctica he intentado reflejar lo que quizá muchas veces pase desapercibido ante mis ojos.
En la primera foto puede observarse el maravilloso reflejo del sol cuando todavía no había salido por completo.

Las dos siguientes son fotos captadas desde el globo ( al igual que la primera). En ellas se refleja completamente la forma y el color del globo, que contrasta a la perfección con el maravilloso paisaje que rodea a La Laguan de Sariñena.

Las tres fotos que restan, muestran tres lugares muy conocidos en Pamplona. El primer reflejo es simple, y quizá no muy bonito pero me gusto el contraste de los edificios y los árboles en el cristal.La siguiente esta tomada en el Baluarte y la hice sin querer, fotografíe haber lo que salía y me pareció interesante la sensación que producía el reflejo de los pies, como si estuvieran bajadando los escalones.
Y la útlima foto muestra uno de los lugares que quizá haya visitado más durante mis 3 años de estancia en Pamplona. Casi todos los viernes voy allí en busca del bus que me llevará a mi casa....

martes, 22 de septiembre de 2009

Un día, mil imágenes

¡¡¡ Ringgg, ringgg !!! El maldito ruido del despertador hace que mi sueño se disperse, pero yo tengo la solución; saco mi cámara fotográfica y lo hipnotizo con el flash.

Eso me hace recordar que hoy es el día, voy a fotografiar todo lo que vea.

Enciendo la luz, miro hacia el techo y me quedo cegada de la potente luz que desprenden las bombillas de las formas geométricas que conforman mi lámpara. Quiero que se apague, y echo mano del flash, pero parece que no ha funcionado.

Me levanto de la cama, y antes de poner los pies en el suelo me fijo en la alfombra que tengo al lado de la cama. Vista desde arriba parece un esponjoso algodón de azúcar. Clic, mi cámara fotográfica vuelve ha hacer de las suyas.

Con los ojos aun llenos de legañas, voy caminando hacia la puerta, pero veo algo que me detiene: Es el póster de Audrey Hepburn que tengo en una de las paredes. Mi cámara roja vuelve a ser la protagonista,

El olor a tostadas recién hechas que proviene de la cocina hace que mi cámara se ponga en marcha de nuevo. Creo que mi próximo objetivo serán el gran tazón rosa y una tostada algo quemada.

Miro el gran reloj que hay en la pared de la cocina, y el contraste del fondo negro y el color rosa de las manecillas llaman mi atención. Clic.

Llego tarde y voy corriendo a mi habitación para cambiarme. Abro el armario y una montaña de zapatos, que parece que están posando, son mis próximos modelos.

Bajo las escaleras rápidamente gritando adiós, pero no puedo evitar fotografiar a mis padres, que están cogiendo sus cosas en la bodega.

Salgo a la puerta, y me deslumbra la luz que se refleja en el coche que hay aparcado a la entrada. No puedo evitarlo, me parece una foto curiosa.

Mis vecinos me miran extrañados, pero aun me miran de forma más rara cuando se dan cuenta de que ellos también han sido capturados por ella.

Ya son las doce, llego tarde. Mis amigas me van a matar. Casi sin aliento llegó al parque, y antes de decir nada hago una foto del momento. Me gusta esta foto, sus caras son geniales.

Mis amigas no entienden qué hago, piensan que es algo normal en mí.

-Serán cosas suyas… (piensan ellas)

Tras discutir durante un buen rato decidimos lo que vamos ha hacer hoy. Nuestro destino va a ser una calurosa tarde en el río. ¡Genial¡, cuantas fotos voy a poder hacer.

Durante el largo camino hasta el río ya me estoy haciendo con un buen reportaje: una caída inesperada, una cara roja como un tomate, caras de cansancio…. Vaya fotos me están saliendo.

Llegamos a nuestro destino y ante mis ojos se presenta un paisaje precioso. Creo que esta si que va a ser una buena foto. Creo que son las mejores. Lo fotografío todo, los árboles, el agua, los saltos desde las piedras, los chapuzones... Nada se ha escapado esta tarde ante el objetivo de mi cámara.

Estoy demasiado cansada para descargar las fotos en el ordenador. Lo mejor será que me acueste y elija la mejor foto mientras sueño con ellas… Ah se me olvidaba, ¡un clic de buenas noches!

domingo, 20 de septiembre de 2009

Había una vez un Olivo...




¿Fotografiar un árbol? .... ¿Pero de verdad? Eso es lo que me dijeron mis amigas cuando les pedí que me acompañaran de ruta por el pueblo para encontrar el árbol perfecto. No sabía bien cuál elegir. Pensé unos cuantos, pero al fotografíarlos ninguna de las fotos me decían nada. Cansada ya de buscar, fuimos a mi casa de campo para poder descansar un rato y charlar. Miré a mi alrededor y ante mis ojos había decenas de olivos que me transmitían cientos de recuerdos de infancia. Había pasado toda la tarde buscando algo que lo tenía en mi propia casa. Ya era seguro, ese iba a ser mi objetivo ante la cámara.

No es el árbol más bonito, ni tampoco el más típico de Los Monegros, pero ese árbol hace que recuerde aquellos años de infancia en los que ellos fueron nuestros compañeros de juego. Pásabamos horas allí, jugando y correteando entre los olivos. Pero no solo han sido testigos de nuestros juegos infantiles, también nos han visto crecer y han escuchado muchas confidencias. Si los árboles hablaran....

Ellos lo saben todo. Saben quién fue nuestro primer amor, saben cuándo fue nuestro primer suspenso, saben... saben.... ¡SABEN DEMASIADO!